Elena Maza Zorrilla: “Los miembros del IUHS son, en definitiva, su principal asidero y garantía de futuro”

Elena Maza Zorrilla: “Los miembros del IUHS son, en definitiva, su principal asidero y garantía de futuro”

Elena Maza Zorrilla es catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Valladolid , y directora del GIR Asociacionismo y acción colectiva, 1931-1975 y del Grupo de Investigación Sociabilidad y Dictaduras en Europa.

Entre 1996 y 2007 fue secretaria académica del Instituto Universitario de Historia Simancas de la UVA, institución donde ha coordinado entre 2007 y 2015 un Máster de investigación europeo y, hasta 2019, el Doctorado interuniversitario con Mención hacia la Excelencia Europa y el Mundo Atlántico: Poder, Cultura y Sociedad.

Es una especialista en el campo de la historia social, que ha dedicado su atención al mundo de la pobreza y la marginación desde finales del Antiguo Régimen al siglo XX. De entre sus libros se pueden destacar: Valladolid: sus pobres y la respuesta institucional, 1750-1900, 1985; Pobreza y asistencia social en España, siglos XVI al XX, 1987 o Pobreza y beneficencia en la España contemporánea, 1808-1936, Ariel, 1999.

En las dos últimas décadas ha dirigido varios equipos de investigación centrados en el estudio de la sociabilidad contemporánea, con especial atención al asociacionismo decimonónico y la etapa franquista desde una perspectiva comparada. Así lo reflejan algunos de sus libros (Asociacionismo en la España franquista, 2011; Discurrir asociativo en la España contemporánea (1839-1941), 2017). También se ha ocupado de la utilización partidista de la historia y de la manipulación contemporánea de determinados modelos femeninos (Miradas desde la historia. Isabel la Católica en la España contemporánea, Ámbito, 2006).

Usted ha sido la persona que durante más tiempo ha ejercido como Secretaria Académica y ha trabajado con diferentes directores del IUHS ¿cómo ha sido esta relación? ¿Cuál ha sido su principal función como Secretaria Académica del IUHS?

Creo que han sido doce años los que estuve de secretaria en el IUHS, los comprendidos entre 1995 y 2007, compartiendo tareas con tres excelentes directores y reconocidos historiadores: los profesores Luis Ribot, Julio Valdeón y Alberto Marcos. La etapa más intensa por un cúmulo de circunstancias fue la de L. Ribot, coincidente con los cambios académicos en los estudios universitarios del llamado plan Bolonia, las nuevas oportunidades que planteaba la convergencia europea y, en el caso del Instituto, la consolidación de un mecenazgo privado que nos permitió poner en marcha múltiples actividades y publicaciones científicas en España y en América (México, Argentina, Chile, Perú, N. York, etc.). Esta internacionalización apoyada en un sólido respaldo financiero fue clave para la proyección exterior del IUHS, que logró estar presente en instituciones académicas del máximo nivel al otro lado del Atlántico (Colegio de México, UNAM , Instituto Sánchez Albornoz, Universidad Católica de Santiago de Chile, Instituto Riva Agüero, Instituto Cervantes, etc.), y ganarse un prestigio como centro puntero de investigación acreditado en múltiples ocasiones. Yo trabajé muy a gusto con todos los directores, los de mi etapa de secretaria y los posteriores, caso de Isabel del Val y Adolfo Carrasco, y aprendí mucho de ellos, además de disfrutar de su confianza.

Las funciones de la secretaría académica son muy variadas ya que comporta coordinar las diferentes facetas de un Instituto de investigación histórica, que son muchas: seminarios, debates, cursos, ciclos, publicaciones, relaciones institucionales, atención a alumnos, doctorandos, egresados, miembros del Instituto, autoridades, etc. Por la secretaría pasan casi todas las facetas que integran la vida diaria del Instituto, incluida la periódica rendición a las agencias de calidad de su quehacer cotidiano y el desempeño de su papel formativo e impulsor de la investigación histórica.

Ha sido coordinadora del Doctorado de Calidad y el Máster durante más de diez años ¿Cómo se han gestado, qué cambios han sufrido estos proyectos y cómo han evolucionado a lo largo de los años?

En realidad, desde el año 2000 hasta 2019 he coordinado los sucesivos programas de Doctorado del IUHS impartidos en la UVA, tanto el denominado Las Ciencias Sociales y los instrumentos del historiador (2000-2008), con Mención de Calidad obtenida en 2003, como el actual Doctorado interuniversitario (UVA- UPV/EHU ) Europa y el Mundo Atlántico: Poder, Cultura y Sociedad (2008-2019), con Mención de Calidad y Mención hacia la Excelencia, en vigor. En estos veinte años he podido constatar el salto cualitativo experimentado por el Instituto, que cuenta hoy con sesenta doctorandos y pilota la investigación histórica en la UVA situándose en convocatorias competitivas en los puestos de cabeza y habiéndose convertido en un referente de calidad. Con repasar la captación de proyectos en convocatorias públicas o la relación de tesis doctorales defendidas en el IUHS, en constante aumento, tenemos una prueba objetiva de su capacidad de trabajo. En cuanto al Máster interuniversitario Europa y el Mundo Atlántico. Poder, Cultura y Sociedad, nacido en 2007 en colaboración con las Universidades del País Vasco, EHESS, Nantes y Verona, se ha tenido que ir adaptando a los cambios experimentados en los países implicados respecto a la regulación de los estudios de tercer ciclo, sin perder por ello su personalidad y reclamo. En suma, tanto el Doctorado como el Máster parecen gozar, a día de hoy, de una excelente salud.

Ahora como investigadora y miembro del IUHS ¿cómo ve el Instituto y qué proyección le ve?

Lo veo muy bien, aunque decir esto en julio de 2020, con el curso que llevamos, pueda parecer irresponsable. Me refiero a su potencial humano, creciente y plural, que ha sido capaz de reunir bajo sus siglas a historiadores de la UVA de las diferentes áreas de conocimiento, jóvenes y consagrados, pero también a documentalistas y facultativos de archivos, a investigadores del Derecho, antropólogos, etnólogos y representantes de otras ciencias sociales. Esta variedad y compenetración entre los custodios de las fuentes documentales (Valladolid puede presumir de sus archivos) y los encargados de su consulta e interpretación da una gran fuerza al IUHS y explica, de manera fundamental, su tránsito en estos treinta años de la nada al reconocimiento del que disfruta hoy. Sus miembros son, en definitiva, su principal asidero y garantía de futuro.

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