Maribel del Val: “Siempre me he movido en un mundo de hombres. Las mujeres seguimos siendo minoritarias en el ámbito académico”

Maribel del Val: “Siempre me he movido en un mundo de hombres. Las mujeres seguimos siendo minoritarias en el ámbito académico”

María Isabel del Val, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UVa.

La doctora en Historia opina sobre el panorama actual en el que se encuentra el feminismo

Comenzó sus estudios durante la dictadura franquista, época en la que las mujeres eran minoritarias en las universidades. Mª Isabel del Val (Valladolid, 1948) siempre fue “la mujer” y, pese a su larga trayectoria como Licenciada en Geografía e Historia y Filosofía y Letras, y Doctora en Historia por la Universidad de Valladolid, es consciente desde joven de la escasez de altos puestos femeninos. Además de investigar sobre la figura de Isabel la Católica, se centró en la historia urbana, las relaciones de poder, el agua y la historia de las mujeres.

PREGUNTA. Pese a tener un currículum y una trayectoria tan amplia y prestigiosa ¿Diría usted que el haber sido mujer ha condicionado su trabajo con más dificultades que sus compañeros en unos años que sin duda las mujeres no eran mayoritarias en la academia? ¿Qué retos asumen todavía hoy las mujeres?

RESPUESTA. El reto principal es conseguir que, siendo mujer, reconozcan tu trabajo exactamente igual que el de un hombre porque sigue sin ser así. Siempre me he movido en un mundo de hombres. Las mujeres seguimos siendo minoritarias en el ámbito académico. Solo hay que mirar las estadísticas sobre catedráticos y catedráticas, y sobre todo fijarse en la espectacular estadística entre el número de alumnas y el de catedráticas. Es muy clara.

Esto me ha hecho plantearme las cosas de una determinada manera, pero también es verdad que siempre he contado con apoyo en mi entorno familiar y el de mi marido porque si no tienes una situación de igualdad en casa esto es muy difícil. Por no decir imposible. Todo esto me ha ayudado aunque siempre era “la mujer”. Me relacionaba con ellos como una igual y reconozco que he tenido la suerte, porque me lo he trabajado yo, de contar con varones así.

P. Tiene un amplio recorrido en los ámbitos de la investigación y divulgación. ¿Qué proyectos destacaría? ¿Con qué grupos de investigación ha colaborado?

R. He sido Investigadora Principal en proyectos sobre el agua en convocatorias competitivas públicas del Ministerio. También he estado en proyectos de la Junta de Castilla y León con el grupo Leticia Valle sobre historia de las mujeres, y con otros compañeros del departamento sobre la sociedad medieval.

Además, formé parte y parte constituyente de dos grupos de investigación reconocidos por la Universidad de Valladolid. Uno de ellos sobre la Historia de las Mujeres que está formado por Cristina de la Rosa, Magdalena Santo Tomás, María Jesús Dueñas y yo. Las 4 constituimos un Grupo de Investigación denominado “Leticia Valle” por la obra de Rosa Chacel.  Con ese grupo hicimos muchísimas actividades de historia de las mujeres, congresos, seminarios y nos planteamos también hacer los estudios de doctorado. El Grupo de Investigación se llama “Agua, Espacio y Sociedad en la Edad Media”. Los fundadores que lo constituimos somos Juan Carlos Martín Cea, Olatz Villanueva, Juan Antonio Bonachía, a los que luego se sumaron otros colegas. Aparte de esto, soy miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Historia Social y en este momento Presidenta de la Sociedad Española de Estudios Medievales.

P. Ha sido una de las fundadoras del Instituto Universitario de Historia Simancas en 1988 ¿Cómo surgió la puesta en marcha? ¿Cómo se dieron los primeros pasos para consolidar lo que es hoy en día?

R. Nos lo planteamos 4 personas: Teófanes Egido, Ángel García Sanz, Luis Ribot y yo, la única mujer. En un momento en la que la Ley de Universidades permitía la constitución de institutos de investigación, pensamos en organizar un instituto que aglutinara a todos los historiadores de la Universidad de Valladolid con el fin de que, a través del intercambio de los distintos temas y épocas que cada uno estudiaba, enriqueciéramos nuestra propia investigación y los resultados en historia de la Universidad de Valladolid.  El proceso fue un poco largo, pero tuvimos muy buena acogida por parte del rectorado, la facultad, y las compañeras y compañeros de historia.

Cuando lo aprobó el Consejo de Gobierno fue un instituto abierto a todas las personas que investigaran sobre Historia en la Universidad de Valladolid. Lo abrimos también, y fue una peculiaridad que nos pareció enriquecedora para todos, a los archivos. Es decir, al personal de archiveras y archiveros, y muchos de ellos formaron parte del Instituto Universitario de Historia Simancas. A partir de ahí empezamos a dar los primeros pasos hasta consolidar lo que es hoy en día.

P. Como su ex directora y miembro del IUHS, ¿hacia dónde cree que debe avanzar la investigación en este campo de las Humanidades y conocimiento histórico? ¿Cómo lo ve en el futuro?

R. No es fácil responder; yo te hablaría de Historia, más que de Humanidades, así en general. Creo que hay que seguir profundizando en el conocimiento de la sociedad del pasado teniendo en cuenta a todos los integrantes de esa sociedad, de cualquier clase, género y condición, y que esa investigación debe ser interdisciplinar, en el sentido de que exista una colaboración entre especialistas de diferentes áreas, enfoques  y temas. Se debe mantener el contacto con la realidad actual, a la vez que transmitir el conocimiento que generamos a la sociedad. A pesar de las dificultades de todo tipo, veo un futuro prometedor, porque hay excelentes investigaras e investigadores, y hay jóvenes que a pesar de todos los obstáculos están haciendo importantes e inteligentes aportaciones.

P. Ha desarrollado su actividad docente e investigadora en la UVa. Sin embargo, ha estado en otros centros extranjeros como en Perugia (Italia, 1967 y 1969), Rouen (Francia, 1998) o Toulouse (2007). ¿Por qué decidió irse? ¿Qué destacaría de su labor en cada una de ellas?

P. Las estancias eran de docencia e investigación. Alternaba ambas cosas. Fueron muy breves en todos los cosos. Estos destinos son lugares donde la investigación sobre Edad Media me resultaba de interés para lo que yo estaba haciendo en ese momento o eran centros con tradición historiográfica como el caso de Estrasburgo donde dio clases Marblog, uno de los padres del medievalismo. Desde el punto de vista docente también había un interés de impartir docencia allí sobre asuntos españoles y castellanos.

P. Recibió usted diversos reconocimientos y premios ¿cuál fue para usted el que le significó más?

R. Siempre que me han hecho un reconocimiento me ha gustado. Por ejemplo, el Premio Consejo Social de Investigación. También el hacerme Miembro Correspondiente de la Academia Española y de la Academia Portuguesa de Historia. Me han hecho mucha ilusión todos porque suponen un reconocimiento a tu labor por parte de compañeros y gente en general.

P. Fue coordinadora del Programa de Doctorado del Departamento de Historia Antigua y Medieval de la Universidad de Valladolid “Mujer y Género en los estudios de Humanidades” ¿Cómo surgió este doctorado y por qué decidió coordinarlo? ¿Qué formación se obtiene?

R. Con el Grupo Leticia Valle nos planteamos hacer los estudios de doctorado. Lo coordiné yo e intentamos agrupar ahí a personas de áreas de conocimiento y especializaciones muy diversas en humanidades para enfocar los estudios de mujeres. Lo que pretendíamos era formar a personas que querían ser investigadores sobre algún aspecto relacionado con estudios de mujeres, que podía ser desde geografía social a historia, pasando por estudios ingleses y demás.

Había una parte obligatoria que era teórica de metodología, es decir, para aprender cómo estudiar a las mujeres como objeto de investigación. La otra parte estaba compuesta de asignaturas especializadas en historia, lenguas diversas, geografía, sociología, filosofía, etc.

P. Además de tener este Doctorado y ser miembro de una amplia gana de academias, sociedades y asociaciones, también forma parte de la Asociación Española de Investigación de Historia de las Mujeres. ¿Qué opina del panorama actual en el que se encuentra la mujer? ¿Cómo ha vivido los últimos dos 8 de marzo?

R. Desde mi punto de vista el cambio ha sido radical, afortunadamente. Sobre todo ha sido gracias a la lucha de las mujeres, pero también al cambio de sensibilidad social que esas reivindicaciones y luchas femeninas han conseguido para que se abra camino. En este sentido, la lucha femenina sobre todo, pero también el apoyo de los varones que progresivamente se van concienciando de que esto tiene que cambiar y ser diferente.

Estoy encantada con ello, como no puede ser de otra manera, pero pienso que todavía hay mucho camino por recorrer, sobre todo para consolidar los logros obtenidos. Cuando se consiguen pequeñas victorias progresivamente es muy fácil volver para atrás porque no solo sigue existiendo el techo de cristal, sino que esto es un problema de relación de poder en la Edad Media. Esto es una lucha de poderes. Lo queramos o no, esta es una sociedad patriarcal en la que hay que conseguir que el poder sea compartido entre varones y mujeres. Cuando esto se consiga no habría tanto peligro de retroceso, pero eso todavía no se ha conseguido a pesar de los importantísimos cambios que ha habido. Tenemos que seguir reivindicando atentas y atentos porque nos afecta a todos este tipo de cuestiones a todos los niveles.

Los dos 8 de marzo me han parecido muy impactantes en cuanto a la respuesta social. Han sido enormemente simbólicos, pero también me recuerdan que es necesario continuar y que no es solamente de 8 de marzo, sino que son los 365 días restantes del año en los que cada uno en su puesto de trabajo y haciendo cosas que no se ven son las que al final permiten que haya un 8 de marzo y vayamos avanzando.

P. De alguna forma, este año concluye su actividad laboral en la universidad de Valladolid, con una trayectoria ejemplar y un legado académico indudable ¿Qué se lleva usted de esta etapa?

R. Me jubilé el 1 de septiembre de 2018 y actualmente soy Profesora Emérita de la Universidad de Valladolid. Me llevo vivencias espléndidas. He aprendido muchísimo, me he sentido querida, arropada y apoyada. He tenido a alumnos y compañeros fenomenales, todo es positivo. Estoy encantada de lo que he vivido y de lo que he luchado.

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